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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Gallardón ‘a tortas’ con Soraya: o le aprueban la ley del aborto antes de que acabe septiembre, o se va

El ministro de Justicia, que se siente ninguneado por la vicepresidenta en lo que es una lucha de egos cada vez más enconada, va anunciando este órdago fuera y dentro del partido

F. MEDINA

Es una de las comidillas del momento en el Gobierno y en el PP. Alberto Ruiz-Gallardón anda ‘llorando’ a todo el que se le acerca con una cantinela: o el Consejo de Ministros aprueba ‘su ley del aborto’ antes de que acabe septiembre, o se planta y se va. Este es el ultimátum, literalmente, que cuenta que ha planteado. Más allá de su ‘coraje’ para mantener la amenaza cuando llegue la hora, lo cierto es que este gesto saca a la luz la guerra soterrada que mantiene con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

La situación mantiene a Gallardón tan irritado que incluso anda confensando su ‘decisión’ a personas externas a su círculo más íntimo. Para él, la nueva ley del aborto es especialmente importante por muchas razones. Pero es que además el bloqueo que vive su desembarco y aprobación en el Consejo de Ministros no es sino la gota que colma el vaso de los desplantes a los que le somete la vicepresidenta.

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, junto a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dos egos que no parecen caber en un sólo gabinete. EFE

El ninguneo de la vicepresidenta

El anterior, nada menor, se lo contamos ya en ELPLURAL.COM. El ministro de Justicia se enteró en el Consejo de Ministros del nombramiento del último miembro elegido para el Constitucional, Antonio Narváez, que sustituía a Enrique López. Un ‘elegido’ de Soraya Sáenz de Santamaría y ‘su’ equipo que no consideraron necesario no sólo consultar, sino tan siquiera avisar a Gallardón de que el nombramiento iba al Consejo.

Un desplante más. Pero el asunto de la ley del aborto, como también les hemos informado en este periódico, es ‘crucial’ para Gallardón. Por un lado por razones personales. La lucha contra la capacidad de decisión de las mujeres sobre su reproducción es una especie de ‘cruzada familiar’ para los Ruiz-Gallardón. A ella se dedicó su padre y, en un efecto espejo en el que también habría que incluir otros ‘aspectos’, a ella se ha dedicado el ministro.

Gallardón y su futuro

Pero por otro lado, un aspecto en realidad nada menor, porque la ley contra el aborto es la gran apuesta del ministro, y su ‘ninguneo’ le deja en una situación de enorme debilidad cara al futuro. Aunque el propio Gallardón ha repetido hasta la saciedad que él se irá con Rajoy, sus ‘amigos’ en el Gobierno y el partido no parecen creerle. Y alguna razón no les falta, porque sus proclamaciones de ‘no ambición política’ se han visto sistemáticamente negadas por los hechos…, al menos hasta ahora.

En concreto, alguien del PP que le conoce muy bien, explicaba a este periódico que “hay que poner en cuarentena estos ataques de pataleo de Alberto, que luego muy bien pueden no cumplirse, aunque en el momento en el que los dice hasta él se los cree”.

Egos descomunles en lucha
Alguien que igualmente conoce al ministro, y su relación de antiguo con Soraya nos daba otra clave en esta rivalidad: el ego de Gallardón no soporta el trato que le dispensa la vicepresidenta. “Soraya le dispensa el peor trato posible para alguien como Alberto, el de ignorarle. No soporta que le mire por encima, porque si ella es abogado del Estado, él es fiscal… En realidad son tal para cual: es una lucha de egos, y Alberto está recibiendo de su propia medicina”.

Lo que quieren decirnos es que Soraya bloquea a Gallardón como forma de minimizar a un posible rival de futuro. Y nos cuentan cómo el movimiento de Alberto Ruiz-Gallardón de situar a Ana Botella de número dos no fue gratuita, sino la forma de bloquear que Esperanza Aguirre pudiera sucederle.

El ministro, que aparece para su desesperación e incomprensión, como uno de los tres peor valorados en las encuestas del CIS, en su guerra con la vicepresidenta, como les contamos en ELPLURAL.COM, ya está armándose. De momento, ha echado mano de los grupos ultracatólicos, a los que ha dicho que él no es responsable del bloqueo de esta ley, que él “ya ha cumplido”, y ha apuntado directamente a la vicepresidenta.

(via elplural.com)

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