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miércoles, 15 de octubre de 2014

Ezzati denuncia ante el Vaticano a tres históricos sacerdotes chilenos

Ezzati, de espaldas a la realidad

La primavera todavía se resiste a llegar en algunos rincones de la Iglesia. Y entre algunos prelados. Eso parece tras conocerse que el cardenal de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, ha enviado sendos informes a la Congregación para la Doctrina de la Fe para "examinar" a tres históricos sacerdotes chilenos: Felipe Berríos, Mariano Puga y José Aldunate, críticos con algunas actitudes de la Iglesia institucional y con una importante presencia mediática.

A principios de septiembre, Ezzati tuvo una reunión de trabajo con los representantes de la Vicaría Zona Norte para analizar la trayectoria de la iglesia, oportunidad en la que sacó a luz un debate que se llevaba de manera soterrada en alguna autoridades religiosas: la preocupación que existiría en la cúpula de la iglesia chilena frente a algunas posiciones adoptadas -y difundidas a través de los medios- por los tres sacerdotes.

En los últimos cinco meses, los tres sacerdotes han realizado una profunda crítica a algunos aspectos de la iglesia, desde el rol del clero frente a la reforma educativa del Gobierno de Michelle Bachelet, la negativa a debatir sobre el aborto y la postura frente al matrimonio homosexual.

"La iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegio para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta", fueron las palabras Mariano Puga, apodado "el cura obrero", en junio de este año según recordó el diario La Tercera.

Dos meses después de esto, Aldunate, de 97 años, reconocido por haber sido defensor de los derechos humanos durante la dictadura, se declaró a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, para lo que argumentó que "el homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona" y que "la iglesia es anticuada".

Ambos religiosos se unieron sin querer a las posturas adoptadas por Berríos, quién desde su regreso a Chile ha mantenido un discurso crítico sobre el clasismo, la reforma educacional y el conflicto mapuche, entre otras cosas.

Las intervenciones públicas de los tres sacerdotes fueron recopiladas por el Arzobispado, que tras la preocupación manifestada por Ezzati tomó la decisión de enviar los antecedentes al Vaticano y pedir por esa vía una definición de la Santa Sede sobre las posiciones que han adoptado los religiosos.

"No soy muy querido en ciertos sectores de la Iglesia Católica chilena. No hay que ser sabio para darse cuenta", dijo Berríos hace unos días.

Días después de la reunión de Ezzati, Puga fue informado por medio de otro sacerdote de las palabras del cardenal y de la serie de referencias a sus declaraciones. En ese momento los religiosos tomaron la decisión de escribir un correo a nombre de los tres al nuncio apostólico, Ivo Scapolo, para solicitar una audiencia y aclarar su situación.

La respuesta llegó al día siguiente, en un correo de cuatro párrafos, en el que Scapolo confirmó que los tres eran parte de una investigación por una serie de antecedentes enviados al Vaticano para su revisión.

El nuncio también respondió a la petición de la audiencia, argumentando que sólo una vez que llegue la resolución al Vaticano, y en forma personal, el nuncio estaba disponible para conversar la situación.

El padre Berríos está a la espera que el arzobispado le designe algún destino para retomar funciones tras su regreso al país. Aún no tiene un lugar fijo. En la misma situación está Mariano Puga, quien espera instrucciones de la Iglesia.

(vía RD/Agencias)

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