ALFONSO ALBA
El sacerdote Ignacio Mora Vilaltella saliendo de la comandancia de la Guardia Civil esta tarde | JESÚS FUNES
La Diócesis considera que todos los informes aseguraban que el párroco estaba reinsertado tras cumplir condena por estragos y atentado frustrado cuando pertenecía al grupo ultraderechista Milicia Catalana
El Obispado de Córdoba conocía los antecedentes penales de Ignacio Mora cuando éste se ordenó sacerdote en el año 2012 y cuando asumió la titularidad de tres parroquias del Norte de la provincia: Los Blázquez, Villaralto y Villanueva del Duque. La Diócesis consideró que el sacerdote, detenido el pasado martes por abusos sexuales de una niña de diez años, estaba reinsertado tras cumplir condena, y así lo aseguraban todos sus informes psicológicos, según ha asegurado esta mañana un portavoz del Obispado, Pablo Garzón, en una entrevista en Radio Córdoba Cadena Ser. Este portavoz, además, ha rechazado que sus antecedentes y el presunto delito de abusos sexuales “tengan nada que ver”.
Ignacio Mora fue arrestado el martes y está en libertad con cargos tras declarar ante la juez de Pozoblanco, ante la que negó las acusaciones. El sacerdote fue denunciado por tocamientos. La denuncia la interpuso la familia de una niña de diez años. El párroco, nacido en Lleida, fue ordenado sacerdote en 2012, con 45 años.
Según pudo saber ayer este periódico, el nombre del ahora párroco figura entre los detenidos por la Policía Nacional en una operación contra el grupo ultraderechista “Milicia Catalana” que en 1989 atentó sin éxito contra el gobernador civil de Barcelona al que remitieron un paquete bomba que, finalmente, fue desactivado por los Tedax.
El sacerdote, que por aquel entonces tenía 21 años, participó en el envío del paquete, de un peso aproximado de 1 o 1,5 kilos, que contenía de 200 a 400 gramos de cloratita y provisto de un mecanismo detonador eléctrico, que se activaría a la apertura del paquete contra la Delegación de Gobierno en Cataluña, según consta en la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona y ratificada por el Tribunal Supremo, a la que ha tenido acceso este periódico.
De la misma manera, y según consta en la sentencia del Supremo, el ahora cura, en compañía de otro acusado “en fecha no determinada, pero próxima al 4 de noviembre de 1989 llevaron a cabo una acción consistente en la colocación de un artefacto explosivo compuesto por una olla a presión conteniendo cloratita en cantidad aproximada a dos kilogramos, en el Instituto Deyés como forma de llamar la atención pública sobre el referido grupo y como manifestación de su repulsa hacia dicho establecimiento hospitalario en el que, según sostenían, se practicaban abortos”, reza el fallo.
El ahora detenido por presuntos abusos sexuales y su compañero decidieron apartarse de la actividad terrorista tras el atentado frustrado contra la Delegación de Gobierno, aunque eso no impidió que fuese uno de los detenidos en la operación que dos años después acabó con la desarticulación de “Milicia Catalana”, ni tampoco que fuese condenado a una pena de seis años de cárcel por un delito de estragos y atentado frustrado, indica el fallo.
Así lo recogen, con nombres y apellidos en la prensa nacional, que el 23 de noviembre de 1991 publicaba la noticia de la desarticulación del grupo de ultraderecha, entre los que figura el ahora párroco. En los posteriores registros, siempre según la información publicada en su día, se informa de que se decomisó abundante propaganda, planos de instalaciones militares, objetivos para atentar y numerosos manuales para la fabricación de explosivos, así como armas y munición de todos los calibres.
La desarticulación de este grupo de ultraderecha llegó a ser portada del diario ABC en 1991. El grupo, compuesto por cinco personas (entre ellas el sacerdote arrestado por abusos sexuales en Córdoba), operaba en Cataluña desde 1985 al menos y entre sus acciones destacaba el envío de paquetes bomba (nunca llegaron a explotar) al delegado del Gobierno, al gobernador civil o de haber disparado al exterior de locales de ‘top less’ o de ambiente gay. También el envío de una olla bomba a una clínica catalana que practicaba abortos.
21 años después de su arresto, Ignacio Mora se ordenaba sacerdote en Córdoba y era destinado al municipio de Villanueva del Duque, entre otros, en donde el pasado martes fue detenido como presunto autor de otro delito, esta vez de abusos sexuales contra una menor por el que ya se ha dictado una orden de alejamiento contra él.
“TOLERANCIA CERO” DEL OBISPADO
El Obispado de Córdoba ha mostrado el criterio de “tolerancia cero” tras “los hechos conocidos en las últimas horas, en los que el sacerdote Ignacio Mora Vilaltella, párroco en Villanueva del Duque, ha sido imputado por un presunto delito de abusos a una menor”, según han informado a través de una nota de prensa.
“La Iglesia tiene mucho interés en defender, proteger y salvaguardar todos los derechos de los menores y establece el criterio de tolerancia cero para los casos de abusos”, asegura la Diócesis de Córdoba en un comunicado. Para ello, “dispone de instrumentos jurídicos propios para esclarecer los hechos que induzcan a pensar que puede haberse cometido algún delito, como estamos haciendo en este caso”, aseguran, abriendo la posibilidad de personarse de alguna manera en la causa que a partir de ahora se pueda abrir en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Pozoblanco, que es el que se ha hecho cargo de la investigación.
“Desde el momento en que las autoridades nos han notificado la detención de este sacerdote, el Obispado ha manifestado a los órganos competentes su voluntad de leal colaboración para que resplandezca la verdad de los hechos”, agregan. “Rechazamos toda conducta delictiva en éste y en todos los campos, y estamos de parte de las víctimas”, aseguran.
Además, la Diócesis concluye su comunicado afirmando que “la ocasión es propicia para mostrar públicamente el reconocimiento a todos los sacerdotes que viven ejemplarmente el ejercicio de su ministerio al servicio de los demás”.
(vía cordopolis.es)
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