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lunes, 20 de julio de 2015

Marruecos apuesta por formar a imanes moderados

Bárbara Barón

Marruecos ha emprendido su particular lucha contra el radicalismo islámico. No es para menos ya que la mayoría de los combatientes que se unen al Estado Islámico provienen de este país. El reino alauita hizo un profundo análisis sobre dónde y cómo se radicalizan sus jóvenes. Las mezquitas ocupaban el primer puesto en ese lugar. Así que se pusieron manos a la obra. Además de incrementar la presencia policial en las calles y de aumentar la vigilancia de los servicios de inteligencia en las redes sociales, el Estado del norte de África, con el amparo y la financiación del rey Mohamed VI, empezó a formar imanes para que el discurso moderado, de inspiración sufí, imperara en las mezquitas.

En pocos meses, el éxito de esta iniciativa ha sido rotundo, al menos en cuanto a cifras se refiere. El primer instituto se abrió hace una década y ronda los 800 estudiantes. Sin embargo, las peticiones crecen cada día, sobre todo de países de África y Europa. Todos piden formación adaptada para sus lugares de origen, pero respetando los principios del islam moderado. El Ministerio de Asuntos Religiosos marroquí ha recibido solicitudes de Costa de Marfil, Francia, Guinea, Mali y Túnez.
La nueva Fundación de Ulemas Africanos

Tanto es así, que este mes de julio ha visto la luz la Fundación de Ulemas Africanos, proyecto personal del rey marroquí. Este instituto tendrá como objetivo, según ha informado la agencia oficial de noticias MAP, “animar la investigación científica sobre la religión y cultura islámica,  integrar los valores del islám moderado en toda reforma o iniciativa de desarrollo en el continente africano, y coordinar y unificar los esfuerzos de los ulemas africanos en la difusión del islám moderado, así como continuar las labores de formación que ya se venían realizando hasta la fecha”.

La efectividad, tal y como reconoce Pedro Baños, antiguo jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo, es algo que sólo se verá con el tiempo. “Es muy difícil ver resultados a corto plazo, porque el proyecto no se reduce a la formación. También deben integrarse en las comunidades a las que vayan destinados. Este tipo de iniciativas tienen que mirar al largo plazo. Creo absolutamente que esto puede solucionar muchos problemas relacionados con el extremismo religioso”, explica.

“Creo que Marruecos está procediendo de la manera correcta. No hay que olvidar que Marruecos sufre el fundamentalismo islámico y que, además, es un exportador de personas a Europa. Todo lo que sucede en Marruecos afecta la seguridad de Europa y, especialmente, a la de los países de Mediterráneo. Si son capaces de formar a una generación de imanes que promuevan una visión positiva del Islam, Europa estará más segura. No se debe luchar en contra de la religión, sino de las visiones extremistas y violentas de la misma. Yo no creo en la integración y, mucho menos, en la asimilación. Creo que la coexistencia pacífica y eso es de lo que tratan este tipo de iniciativas. Esa diplomacia espiritual, como muchos se refieren a estos proyectos, debe aspirar a eso: a coexistir pacíficamente y a evitar la violencia. Creo que si insistimos en medidas así, estaremos más cerca de conseguirlo”, concluye Pedro Baños.

(Via noticias.lainformacion.com)

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