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jueves, 13 de agosto de 2015

Cienciología convierte a Bogotá en punta de su expasión por Suramérica

Esta religión, que cuenta con cerca de 40.000 seguidores en el país, estrena moderna sede.
La sede de esta religión, una moderna construcción de 4.500 metros cuadrados, fue inaugurada hace un mes. En la foto, réplica de la oficina de su fundador, Ron Hubbard.
La cienciología, conocida por contar entre sus seguidores con Tom Cruise o John Travolta y convivir a veces con la polémica, convirtió a Bogotá en base de su expansión en Suramérica, al abrir en la capital colombiana su primera sede nacional de la región, a la que le seguirán Venezuela y Argentina.
Esta religión, que cuenta con más de 10.500 iglesias, misiones y grupos en más de 170 naciones del mundo, mira con interés a Suramérica, donde pese a la mayoritaria presencia de católicos (alrededor del 80 por ciento, según varias fuentes) se expande con rapidez.
Bogotá es el ejemplo. Sus modestas instalaciones, inauguradas en 1976, empezaron a quedarse pequeñas a partir del 2003, cuando contaban con 20.000 miembros. Una década más tarde, la cifra de fieles rozaba los 40.000, por lo cual la Asociación Internacional de Cienciologistas patrocinó una sede nacional para la Cienciología en Bogotá, de espectaculares dimensiones y única en la región, la cual abrió hace un mes.
"La Iglesia de Scientology de Colombia es actualmente la Organización Ideal Central no solo para el territorio colombiano, sino para toda Suramérica", explicó el reverendo Jonathan Rico, portavoz de la religión en América Latina.
El flamante edificio de 5.400 metros cuadrados cuenta con ocho plantas y está ubicado en la cotizada zona norte de Bogotá, donde jóvenes con impecables trajes ofrecen a los viandantes hacer el 'test' de personalidad gratuito.
La portavoz de la Cienciología en Colombia, Paola González, dijo durante un recorrido por las instalaciones que se trata de una pequeña parte de los más de 200 voluntarios de la religión, algunos de los cuales llevan hasta quince años vinculados a la organización.
Dentro del edificio se encuentran varias zonas de 'test' para "mirar en qué necesita ayuda", detalló González, que también enumera dos salas de ilustración, una capilla con capacidad para 200 personas, trece salas de curso y una librería, además de un curioso "centro de purificación", una suerte de sauna para los ya avezados.
El objetivo es, según sus palabras, que la persona elimine toxinas y "sea más activa, se quite todas esas cosas y de ahí en adelante empiece a manejar su mente y su espíritu".
Actualmente, en Colombia hay 10.000 personas activas en la cienciología, es decir, que toman cursos y se forman en sus creencias, un número que esperan aumentar 5,4 veces para final de este año, gracias a la mejor visibilidad de su nueva ubicación.
Pero Bogotá es solo el principio, "parte de un programa de expansión para toda Suramérica", como indicó Rico, quien subraya que Colombia es para la cienciología "la puerta de entrada para el cono sur".
"En próximos años abriremos una sede nacional para Venezuela, en Valencia, seguida de una más en Buenos Aires, con planes para continuar esa expansión con una iglesia nacional en San José de Costa Rica, La Paz, Quito, Lima y Santiago de Chile, así como dos sedes en Brasil, una en Río de Janeiro y otra en Sao Paulo", comenta.
Las obras, al menos en Valencia y Buenos Aires, están "prontas a comenzar en su fase de remodelaciones y construcción", y se prevé que podrían abrir el año próximo, añadió Rico. Ambas ciudades son, detrás de Bogotá, las que más miembros acumulan en Suramérica.
Valencia cuenta con 30.000 feligreses, simpatizantes y allegados, y Buenos Aires tiene 20.000, aunque si se mira el conjunto de Latinoamérica el país con más creyentes es México, con una cifra no precisada por el reverendo.
Dispuestos a despejar las dudas habituales y conquistar territorio a paso veloz, los portavoces de la
cienciología no se amilanan cuando son preguntados sobre sus posibilidades en una región en la que predomina el catolicismo y hay una fuerte implantación de iglesias evangélicas.
Y es que, argumentó Rico, la cienciología "no pretende cambiar la religión ni las creencias de nadie", y de hecho "muchas veces sirve para clarificar dichas creencias y le permite al individuo ahondar y ganar mucha mayor comprensión de lo que para él o ella significa Dios". Es decir, un complemento a la fe.
(vía Efe Bogotá)

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