Así lo consideró el exdiputado, Daniel San Cristóbal. Respaldó el dictamen del fiscal Héctor Miró que pidió que se deje sin efecto la Pastoral de Empleados de Casa de Gobierno. Tildó de discriminatoria la realización de misas y rezos en lugares públicos.
El exdiputado provincial del Frente Grande, Daniel San Cristóbal, respaldó el dictamen del fiscal de Investigaciones Administrativas, Héctor Miró, que ratifica que el Estado debe tener neutralidad religiosa. Consideró que en los últimos años hubo un fuerte avance de lo religioso sobre los lugares públicos lo que evaluó como un hecho discriminatorio para aquellos que profesen otro culto o que sean ateos.
En declaraciones a RADIO CIUDAD, San Cristóbal se mostró sorprendido “para bien” por lo resuelto por el fiscal Miró, sobre quien aclaró que tuvo serios cuestionamientos respecto de su designación a fines de 2007, en el ocaso de Roy Nikisch. “Cuando fui legislador estuve en contra de que Miró ocupe el lugar que está ocupando porque cuando la Alianza pierde la elección en 2007 modifica la ley (de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas) por mayoría y también la forma de designación del fiscal. Entró por la ventana. Esos cargos tienen que surgir de una manera más o menos incuestionable”, indicó.
Con esa aclaración, San Cristóbal, reconoció que la medida realizada por Miró lo sorprendió “para bien”. “La verdad es que nosotros vemos, y yo particularmente, un avance permanente de lo religioso sobre lo público. Las diferentes expresiones religiosas tienen garantizada la libertad de religión y el ejercicio pleno de sus derechos en nuestro país. Ahora, cuando los espacios públicos que son espacios que utilizamos todos, los que pertenecen a una u otra religión y los que no pertenecemos a ninguna, como es mi caso, la verdad es que estamos ante un avance en algo que es bastante cuestionable”, sostuvo.
EL DICTAMEN
Cabe recordar que el fiscal General, Héctor Miró, emitió el 3 de mayo último un dictamen iniciado de oficio en el cual solicita que se deje sin efecto a la Pastoral de Empleados Públicos, que profesa la religión católica, por considerar que viola la neutralidad religiosa ante el Estado. El mismo ratifica además que de acuerdo a la Constitución del Chaco, el Gobierno no protege culto alguno ni contribuye a su funcionamiento.
Fundamentó su actuación en que la remuneración que recibe mensualmente el coordinador de la Pastoral, Pedro Luis García -quien cobra un salario aparentemente para dedicarse a una suerte de asesoría espiritual dentro del Gobierno- es de por sí una muestra clara de la tendencia estatal a sostener económicamente este tipo de actividad católica. Además, en declaraciones radiales, Miró criticó que se realicen misas dentro de los edificios gubernamentales. “La Casa de Gobierno es un lugar de trabajo; no un lugar religioso”, dijo.
En este sentido, San Cristóbal analizó el dictamen del fiscal remarcando que en el mismo se “cuestiona el desarrollo de misas, la instalación de imágenes religiosas, y el ejercicio de la religión en el propio lugar de trabajo”. “Lo que de alguna manera termina siendo una suerte de discriminación para quienes practican una religión como para quienes no lo hacen, cuando ya las iglesias tienen sus lugares de reunión y espacios garantizados y sus acciones para demostrar sus creencias. Hay muchos lugares públicos de la ciudad, donde se va avanzando, como por ejemplo, la Laguna Argüello, uno ve que lo que empieza como una pequeña imagen religiosa luego se va transformando en un culto cuando ese es un lugar de paseo público y no de ejercicio de la religión”, abundó.
“Cuando los lugares de trabajo, esparcimiento, los establecimientos educativos, las comisarías o juzgados se transforman en lugares donde se ven algunas imágenes o se realizan alguna práctica religiosa como rezar o confesarse lo que se está haciendo es un avance de lo religioso por sobre lo público en lugares donde deberían tener una identificación con nada religioso”, dijo San Cristóbal.
El exdiputado mostró también su preocupación por el avance religioso en las escuelas. “En los establecimientos educativos se va generando, al plantearse un rezo en un determinado horario escolar, cunde como una suerte de mirada rara al diferente. Mirá, ese no reza, mirá ese no participa. Y ese no es un lugar para participar de ningún tipo de rito ni celebración religiosa sino para educarse. Entonces el diferente va quedando al costado. Lo mismo ocurre en lugares públicos”, señaló.
“Creo que esta discusión que bien vale darla e instalarla. No es nueva porque incluso en nuestro país hay un fallo pidiéndole a un juzgado a quitar una imagen religiosa. No creo que va a terminar de un día para el otro, me parece que es bueno que alguien le ponga un límite y que la ponga en el tapete”, sostuvo.
(vía chacodiapordia.com)
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