Páginas

lunes, 1 de agosto de 2011

Agustín Squella: "No me considero un ateo militante"

¿Cree usted en Dios? Yo no, pero... es el título del libro donde el distinguido académico e intelectual, Premio Nacional de Humanidades 2009, expone sus ideas, convicciones y experiencias sobre la fe.

por Javier García

 

Fue a fines de la década del 50, cuando Brigitte Bardot estaba corriendo las fronteras del erotismo con la película Y Dios creó a la mujer. Agustín Squella (1944), alumno de un colegio católico, corrió después de clases al ya decadente cine Pacífico en Valparaíso para un encuentro prohibido con la rubia de labios gruesos. El episodio, aparentemente trivial, fue clave en el contexto de las turbulencias espirituales que entonces estaba viviendo como adolescente. La experiencia, que le salió cara en términos de sentimiento de culpa y también por la penitencia de no ir al cine durante un mes que le impuso el cura que lo confesó, es rescatada en ¿Cree usted en Dios? Yo no, pero..., su último libro, un ensayo que combina ideas, biografía y convicciones en torno a la fe y a los alcances de la religión.Un mes de abstinencia cinematográfica fue demasiado para Squella, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009. De hecho, sólo soportó dos semanas de penitencia y volvió a reincidir en las salas de exhibición con un entusiasmo que lo mantiene cautivo de la cinefilia hasta el día de hoy. Abogado, profesor de Filosofía del Derecho, Squella fue rector de la Universidad de Valparaíso, donde sigue dando clases. Además enseña en la Universidad Diego Portales, donde también integra el consejo directivo superior. Asesor cultural del gobierno de Lagos, hincha del Wanderers, ferviente hípico, Squella se define en su libro como "periodista, ciudadano, heterosexual y demócrata" y considera que su nuevo libro es "una obra testimonial, no un ensayo ni un manifiesto".

Usted señala en el libro, que pasó por cuatro estados: Fe, duda, agnosticismo y ateísmo. ¿Cuál período se extendió más en su vida?

No es nada menor haber pasado por esos estados y lo sorprendente es que, además de ser todos posibles, pueden vivirse dos o más de ellos por un mismo individuo. En mi caso, el más extenso fue el de la duda, y talvez aquel en que también leí más. Bolaño tiene razón cuando dice que leyendo se aprende a dudar.

¿Todavía predomina en la espiritualidad "la religión del miedo"?

Cada vez menos, aunque subsiste la religión como intercambio con los dioses. En la antigüedad se hacían sacrificios humanos para agradar o aplacar a la divinidad. Hoy se hacen mandas y peregrinaciones a Reñaca, donde San Expedito. Mucho mejor lo que ocurre ahora, aunque también se trata de supersticiones primitivas. Dios no debería ser tratado como un objeto disponible, como una patita de conejo, que tuviéramos que frotar para que la vida nos trate bien.

Si usted se considera ateo, ¿por qué sigue tan preocupado del tema? ¿No es como esos ex comunistas que se vuelven anticomunistas militantes?

Soy simplemente un ateo, no un ateo militante. El libro no es un alegato a favor del ateísmo, sino un planteamiento acerca de que teístas y ateos no agotan las respuestas sobre la existencia de Dios. Pero tiene razón: me produce no poco pudor publicar un libro como éste. Con todo, si a un ateo le preocupa el tema es porque Dios es una idea demasiado importante como para dejarla sólo en manos de los creyentes.

¿Cree usted que el físico Stephen Hawking, sea un agente del agnosticismo de nuestros días?

La ciencia, aunque no sea ese su propósito, arrincona cada vez más a las religiones y desmiente los dogmas de las iglesias. Cuenta Hawking que Juan Pablo II, en una audiencia especial, les dijo a los físicos que podían estudiar desde el big bang en adelante, pero no el big bang mismo, porque ese era el momento de la creación, o sea, el momento de Dios. Le guste o no a los pontífices, hay un proyecto en curso que intenta recrear las condiciones del big bang, y ningún veto papal podrá obstaculizar tal investigación.

De Hawking a Christopher Hitchens, ¿no se habrá vuelto una moda el tema de Dios?

Siempre ha estado vigente, no más que ahora el ateísmo ha sacado la voz con un volumen mucho mayor que en el pasado. También es cierto que no pocos agnósticos se declaran tales sólo por el temor de no reconocerse ateos y hacerce cargo de esta palabra políticamente incorrecta.

En sus continuas búsquedas, ¿se interesó alguna vez en el hinduismo?

El hinduismo tiene la ventaja de ser una religión sin Dios, aunque el problema no es el de la espiritualidad, sino el que concierne a la existencia o no de un ser creador de todo cuanto existe. ¿Qué más quisiéramos que resultara la alegoría cristiana de la comunión de los santos, aquella promesa del reencuentro con todos los que amamos en la vida?

(vía diario.latercera.com)

No hay comentarios: