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sábado, 3 de septiembre de 2011

Cultura religiosa

Autor: Carlos Villa Roiz

Paulatina declinación del número de fieles de la Iglesia católica, en vez de ser un síntoma de su inevitable ruina y extinción, es, más bien, fermento de la vitalidad y energía que lo que queda de ella –decenas de millones de personas– ha venido mostrando

Mario Vargas Llosa publicó, en su columna semanal de El País, que la reciente Jornada Mundial de la Juventud, realizada en Madrid, “ha hecho evidente que occidente necesita del catolicismo para subsistir”.

Vargas Llosa, que se declara agnóstico, elogió el evento, que fue "invadido por cientos de miles de jóvenes procedentes de los cinco continentes para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud que presidió Benedicto XVI".

En el texto recogido por el diario vaticano L’Osservatore Romano, Vargas Llosa dijo que la JMJ fue "una gigantesca fiesta de muchachas y muchachos adolescentes, estudiantes, jóvenes profesionales venidos de todos los rincones del mundo a cantar, bailar, rezar y proclamar su adhesión a la Iglesia católica y su ‘adicción’ al Papa".

"Las pequeñas manifestaciones de laicos, anarquistas, ateos y católicos insumisos contra el Papa provocaron incidentes menores, aunque hubo algunos grotescos, como el grupo de energúmenos al que se vio arrojando condones a unas niñas que... rezaban el rosario con los ojos cerrados".

El Premio Nobel hizo referencia a estadísticas que señalan que sólo el 51 por ciento de los jóvenes españoles se confiesa católico, sin embargo, dijo que "desde mi punto de vista, esta paulatina declinación del número de fieles de la Iglesia católica, en vez de ser un síntoma de su inevitable ruina y extinción, es, más bien, fermento de la vitalidad y energía que lo que queda de ella –decenas de millones de personas– ha venido mostrando, sobre todo bajo los pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI".

"En todo caso, prescindiendo del contexto teológico, atendiendo únicamente a su dimensión social y política, la verdad es que, aunque pierda fieles y se encoja, el catolicismo está, hoy día, más unido, activo y beligerante que en los años en que parecía a punto de desgarrarse y dividirse por las luchas ideológicas internas", puntualizó.

Vargas Llosa se pregunta si esto es bueno o malo para el secularismo occidental, y responde que "mientras el Estado sea laico y mantenga su independencia frente a todas las iglesias", "es bueno, porque una sociedad democrática no puede combatir eficazmente a sus enemigos –empezando por la corrupción– si sus instituciones no están firmemente respaldadas por valores éticos, si una rica vida espiritual no florece en su seno como un antídoto permanente a las fuerzas destructivas".

"En nuestro tiempo", sigue Vargas Llosa, la cultura "no ha podido reemplazar a la religión ni podrá hacerlo, salvo para pequeñas minorías, marginales al gran público", porque "por más que tantos brillantísimos intelectuales traten de convencernos de que el ateísmo es la única consecuencia lógica y racional del conocimiento y la experiencia acumuladas por la historia de la civilización, la idea de la extinción definitiva seguirá siendo intolerable para el ser humano común y corriente, que seguirá encontrando en la fe aquella esperanza de una supervivencia más allá de la muerte, a la que nunca ha podido renunciar".

"Creyentes y no creyentes, debemos alegrarnos, por eso, de lo ocurrido en Madrid”, concluyó.

(vía impacto.mx)

Nota de Ateorizar: Y nosotros que teníamos a Mario Vargas Llosa en alta estima. Que decepción.

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