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viernes, 22 de junio de 2012

Madonna, fiel a su marca de la casa, repite ofensa religiosa

Su uso provocativo e irreverente de símbolos religiosos unió en Barcelona los cristianos, judíos y budistas. Quizá es que el escándalo le aporte la dosis de atención de la que teme adolecer con sus temas.

REDACCIÓN HO.- Madonna actuaba anoche en el primero de los dos conciertos que dará en Barcelona -se repetirá milimétricamente hoy  jueves - ante un auditorio de 20.000 personas  en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Diputando excesos con la que muchos identifican como su sucesora, Lady Gaga, la llamada ambición rubia llegaba a España para presentar las canciones de su nuevo disco, 'MDNA',en un concierto de más de dos horas, en cuya escena cinematográfica no han faltado la marca de la casa, el uso irrespetuoso de la iconografía religiosa lo mantiene a sus 54 años. Dando la nota, pero desafinada,  como fuera de tono estuvo en Turquía su reciente provocación mostrando un pecho o en Italia el mostrar la nalga.

Con una idea muy particular de lo gótico, quien antaño escandalizaba apareciendo coronada de espinas o crucificada, se arrancó anoche con cantos gregorianos, rituales judaicos, un Botafumeiro enorme que se despendolaba por encima de las cabezas de los ubicados en el golden triangle –la zona VIP exclusiva para los fans más fans y más ricos–. En lo alto de un altar, simulando una virgen totalmente cubierta con un velo negro, coronada y portando un fusil de asalto, la silueta de Madonna aparecía en un reclinatorio y daba el pistoletazo de salida al concierto interpretando 'Girl gone wild'.

'Masterpiece', el tema principal de su última película como directora, 'W.E', que ha cantado junto al grupo vasco Kalakan -que han aprovechado para cantar en euskera 'Sagarra jo', en el momento más surrealista de todo el recital, estuvo precedido de uno de los pocos momentos de interacción con el público: "Todos formamos parte del mismo ADN, somos uno, estamos unidos, no importa de qué color es nuestra piel, nuestras creencias o la orientación sexual que tengamos, tenemos un única alma", dijo.

El vestuario diseñado por Jean Paul Gaultier, que ha lucido especialmente en 'Vogue', que ha entonado con una reinterpretación del célebre sujetador de conos de principios de los 90, esta vez convertido en un negro corsé de dominatrix, pero con elegante camisa blanca y corbata negra. Poco a poco la ropa iba desapareciendo, y aunque en Estambul enseñó un pecho y en Roma se bajó los pantalones, en Barcelona decidió limitarse a pasarse una servilleta por la ingle y, aprovechando que estaba semidesnuda, cantar una versión de 'Like a Virgin' en acústico.

La religión volvía hacia el final del concierto, aunque esta vez era la estética budista la elegida para 'I'm a sinner', sólo un preludio para el 'Like a prayer', con el que retomaba el blasfemo uso del crucifijo y símbolos católicos. Al final, buscar la provocación cuando se teme que no lo logre el puro espectáculo: como dijera Katty Perry en referencia a estos excesos de Madonna o Lady Gaga, "No entiendo por qué existen artistas que juegan esa carta, como Madonna que se sube a una cruz para cantar. Blasfemar como forma de entretenimiento es tan barato como que un cómico haga un chiste malo".

(vía hazteoir.org)

Nota de Ateorizar: Que mucho lloran estos religiosos…

1 comentario:

Blanca dijo...

Creo que Madonna siempre ha suplido con polémica su falta de dotes como cantante, pero este artículo da arcadas: es la "antidefinición" de la objetividad periodística.