Este martes ha entrevistado El País al disidente chino Chen Guangcheng (en la imagen), un activista chino ciego que escapó en 2012 a su arresto domiciliario para refugiarse en la embajada de EEUU en Pekín.
Según cuenta esa información, Chen Guangcheng lleva años luchando por los derechos humanos en China y contra las leyes represivas del régimen comunista, especialmente la que obliga a las esterilizaciones forzosas dentro de la política oficial de un solo hijo por familia.
A causa de ello, fue condenado por desórdenes públicos y confinado a su residencia, de la que logró escapar. Con 42 años de edad es actualmente profesor visitante en la escuela de leyes de la Universidad de Nueva York y mantiene su actividad de denuncia de la situación política en su país.
Lo curioso del caso es que el periodista le pregunta que hay personas que defienden que la política de un solo hijo es una manera de evitar la sobrepoblación de China, y que puede ser lógica la obligación de cumplirla. Atentos a la respuesta del chino: "Es evidente que forzar a las personas a tener abortos es un acto ilegal, y no tengo ninguna duda de que es mi obligación estar en contra".
El periodista le repregunta: "¿Está motivada esa posición por sus creencias religiosas?"
Y responde Chen Guangcheng: "No, no tengo ninguna religión por el momento".
También cuenta en la entrevista que las autoridades siguen amenazando a su familia: “Mi sobrino fue encarcelado hace poco, contrajo una infección y se negaron a llevarlo a un hospital. Mi hermano ha sido golpeado. Han entrado en mi casa y ha destruido las cosas de mi familia. Siguen teniendo mucho medios de amedrentar a mi familia”.
El ejemplo de este hombre es impresionante. Apoyado en la convicción de su propia conciencia, y por encima de todo lo demás -incluso su familia-, se arriesga a defender la vida. Reconoce que la persecución a su familia “pesa sobre su conciencia”. Pero -añade- “creo que es una obligación actuar para acabar con estos comportamientos”.
(vía hispanidad.com)
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