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domingo, 24 de agosto de 2014

El Arte De Vender Mierda: Bienvenidos a la Feria Esotérica y Alternativa de Madrid

En este post quiero mostrar lo que nos encontramos en la Feria Esotérica y Alternativa de Madrid, en la cual nos infiltramos durante la historia contada en este libro. Según podemos ver en su página web, esta feria es un espacio lleno de luz, sabiduría y armonía, con consultas de tarot, videncia, astrología, numerología, conferencias, talleres y puestos de venta de artículos esotéricos, libros, minerales, amuletos y terapias alternativas.


Los azares de la vida me llevaron a la estación de Atocha en febrero del año 2013, justo en el mismo momento en el que estaba allí montada la feria esotérica. Me encontraba en la ciudad con dos amigos míos, el microbiólogo Rubén Casatejada y el botánico Carlos Galán. Decidimos entrar a la feria por si podíamos encontrar algo de utilidad para el libro que estaba escribiendo, del cual se habla en este blog. Nada más entrar vimos una cama con forma de pirámide y una mesa con un montón de libros titulados La revolución terapéutica de las pirámides. Nos acercamos y le pregunté a la dueña del puesto qué era lo que vendían allí, y la mujer amablemente me explicó que ellos practicaban la piramidología, una disciplina que estudiaba y aplicaba el potencial curativo de las pirámides. Podéis ver las imágenes en la galería que os he dejado más arriba. La mujer me explicó que se inspiraban en los antiguos egipcios, los cuales ya construían pirámides porque sabían las propiedades que estas poseían. Según me comentó, dormir dentro de una pirámide podía mejorar la salud de las personas ya que eran antirreumáticas, relajaban los músculos, tenían propiedades antibacterianas, evitaban la inflamación y además eran sedantes. Después me explicó que también tenían pirámides para las mascotas, ante lo cual no pude aguantar más la risa y tuve que irme de allí.
Después de ver algunos puestos aún más surrealistas que el anterior, llegamos a unos practicantes del chamanismo tolteca que decían poder curar heridas de la burbuja luminosa entrando en realidades paralelas, después vimos algunos puestos típicos de videntes que afirmaban poder leer el futuro mediante el uso de cartas, leyendo las manos o viendo la forma de los dedos.
La siguiente mesa que visitamos sobrepasó todas nuestras expectativas de cosas sin sentido que esperábamos encontrar. Había una chica joven que afirmaba ser veterinaria y poder comunicarse con las mascotas, su nombre era Rocío Puche y era algo así como el Dr. Dolittle de la feria esotérica. Decía que incluso teniendo una fotografía de nuestra mascota y pagándole 15€, ella podía comunicarse con nuestro animal, preguntarle si tenía algo que decirnos, contarnos qué pensaba o cómo se sentía, y por si fuera poco también podía trasmitirle mensajes de nuestra parte. Las fotos de tales afirmaciones las tenéis también en la galería de más arriba.
Vimos más sitios extraños y altamente pseudocientíficos, como por ejemplo un puesto de la iglesia de la cienciología o un hombre que podía fotografiar el aura humana con una cámara Kirlian. Hasta ese momento jamás había escuchado ese nombre así que, como me pareció curioso, me acerqué y pregunté cómo funcionaba la cámara. El dueño me dijo que su máquina podía fotografiar el color del aura humana porque captaba las vibraciones del karma, y acto seguido me preguntó si quería hacerme una fotografía. Hacerse la fotografía costaba 15€ así que salí de allí sin dudarlo. Es de resaltar que la cámara Kirlian puede plasmar en una imagen el efecto corona de cualquier objeto, incluido un ser humano. El efecto corona está causado por la ionización del aire, lo cual no tiene nada que ver con ningún aura ni con energías pseudocientíficas. Las moléculas presentes en el aire que rodean un cuerpo cargado con electricidad se ionizan, por lo cual el aire pasa a conducir la corriente eléctrica y la temperatura del gas que rodea el cuerpo aumenta. Dicho gas, al fotografiarlo con la cámara Kirlian, adquirirá una coloración rojiza si la temperatura es baja o colores azulados si la temperatura es alta. Pero ni es algo sobrenatural ni vale la pena pagar 15€ por ello.
De allí nos fuimos con una sensación difícil de describir. Ver a tanta gente intentando engañarnos de forma conjunta era algo sobrecogedor. Las personas que me encontré allí eran profesionales del mercadeo, gente hecha a vender cara al público cualquier cosa mágica, paranormal o pseudocientífica, eran traficantes de karmas en toda regla. El problema es que las cosas que vendían no funcionaban y contravenían cualquier principio científico conocido, en pocas palabras, estaban engañando a la gente. Pensándolo fríamente, lo que más me preocupaba era que, ese tipo de cosas, pudieran suceder en sitios tan conocidos como la estación de Atocha, ya que queramos o no, el hecho de que a un colectivo se le ceda un espacio público puede legitimarlo frente a su sociedad. ¿Cómo pensar que te están engañando en un sitio habilitado por un organismo público?
¿Cómo puede ser compatible que las empresas biomédicas tengan que demostrar que sus productos funcionan y, al mismo tiempo, haya una mujer que cobra por comunicarse telepáticamente con tu perro? Solo había una manera de demostrar que a ese tipo de ferias podía ir cualquier charlatán, y era que nosotros fuéramos como invitados a contar la historia del doctor Hugh Nielsen y su mierda milagrosa, ya que si lográbamos participar en la feria, eso significaría que no había ningún mecanismo de control de calidad interno.
Mariano y yo habíamos recorrido un largo camino como pseudocientíficos, pero habíamos decidido que, antes de terminar con toda la historia, debíamos hacer algo mucho más grande. Ya habíamos tenido la oportunidad de estudiar de cerca la Feria Esotérica de Atocha, la cual es una de las concentraciones pseudocientíficas más importantes de España. Se nos había metido en la cabeza que teníamos que introducirnos en esa feria. Lo primero que hicimos fue mandar un correo a la organizadora del evento para decirle que queríamos participar en la feria. Al cabo de unos días nos contestó diciendo que le parecía una buena idea
Después de valorar nuestro tiempo, decidimos que lo mejor era impartir solamente una charla. Hasta ese momento no nos habían pedido ninguna referencia, pero al decirles que queríamos impartir una conferencia nos pidieron un título para el evento, nuestras fotografías para su página web, nuestros nombres y un currículum. La cuestión es que, a Mariano y a mí, nos habían hecho hacía poco una entrevista para la revista Science, en concreto para el suplemento Science Careers. En la entrevista se hablaba sobre las lamentables condiciones de los jóvenes científicos españoles. Nos pareció gracioso mandarles las mismas fotos con las que habíamos aparecido en Science, ya que era pasar de aparecer en una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, a salir en un sitio donde la gente decía poder curar con brebajes mágicos. Sobre el título de la charla, les dijimos que se llamaría Terapia Fecomagnética; la nueva frontera. En cuanto a nuestros currículums, les mandamos una frase en la que decíamos que éramos homeópatas y fecomagnetópatas. Les preguntamos si querían un currículum de verdad o si con eso era suficiente, ante lo cual respondieron que no hacía falta mandar nada más. Nos dijeron que si queríamos poner un puesto dentro de la feria tendríamos que pagar, pero que si solo queríamos ir a dar una conferencia podíamos hacerlo gratis. Les confirmamos que el sábado 5 de octubre del 2013, a las 18:00 horas, podríamos impartir nuestra conferencia, y acto seguido nos dijeron que ya formábamos parte de la XIII edición de la Feria Esotérica y Alternativa de Madrid. Lo habíamos conseguido, ya estábamos inscritos en la feria.
Lo primero que hicimos al llegar a Madrid fue presentarnos a la organizadora del evento, la cual nos mostró dónde tendría lugar la conferencia. Nos acompañaron unos amigos para ver nuestra exposición y ofrecernos apoyo moral, ya que intuíamos que no iba a resultar fácil. Antes de la conferencia paseamos un poco por la feria para conocer al resto de conferenciantes. Pasamos la mayor parte del tiempo hablando con uno de ellos, Miguel Ángel Serrano, el cual tenía un puesto en la feria y además iba a realizar una conferencia el día 13 de octubre. En primer lugar nos comentó que él ofrecía la terapia de frecuencia cuántica, la cual se fundamentaba en utilizar los chakras del cuerpo para alcanzar la sanación. Nos dijo que podía tratar cualquier enfermedad, y de hecho afirmó que él había curado a varios enfermos de SIDA y cáncer. También  decía que actualmente estaba tratando a un enfermo que tenía nódulos cancerosos en el pulmón, ya que la quimioterapia era una gran farsa de las empresas farmacéuticas.   
Cuando terminamos de hablar con Miguel Ángel Serrano fuimos a dar nuestra conferencia. Acudieron unas veinte personas a escucharnos, entre las cuales había algunos amigos nuestros. Cuando terminamos la charla nadie notó nada raro, los organizadores del evento parecían contentos con el resultado y todo fueron buenas palabras y sonrisas. Nos comentaron que en la siguiente feria, si queríamos, podríamos montar también un puesto de venta de productos.
Es difícil explicar todas las sensaciones con las que nos fuimos de la feria. Habíamos logrado demostrar lo que queríamos, pero estar allí nos había dejado un mal sabor de boca. Había gente diciendo que podía curar el cáncer, vendedores de varitas mágicas que prometían mejorar tu capacidad de curación, videntes y homeópatas, ¿por qué les habían dejado estar allí? Tal cual comentamos anteriormente, lo que más nos preocupaba era ver cómo, por el mero hecho de estar en un lugar público, a esta gente se la legitimaba ante su sociedad.
Como conclusión, lo que aprendimos en la Feria Esotérica fueron varias cosas. La primera fue confirmar de nuevo que el mundo de las terapias alternativas es un fraude, ¿cómo confiar en un sector donde uno puede inventarse una terapia y recibir credibilidad? La segunda cosa que aprendimos fue que, en ese tipo de eventos, es difícil encontrar gente que no quiera quitarte tu dinero utilizando la estrategia del miedo, la desesperación o el asombro. También nos fuimos de allí con la certeza de que, si esos esfuerzos por divulgar pseudociencia estuvieran dirigidos a fomentar la ciencia, nuestra sociedad no sería pasto de las estafas biomédicas.
Con toda esta historia quisimos ofrecer a la ciudadanía pruebas contundentes de que, las terapias alternativas y las pseudociencias, no son más que estafas inventadas con un único propósito; obtener dinero de la gente que no tiene suficientes conocimientos científicos.
Para ver más fotos viste: http://vendermierda.com/2014/07/28/203
(vía vendermierda.com

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