Miércoles,
6 de mayo de 2015, a las 11 horas de la mañana, en el Ateneo de Madrid (c/
Prado, 21) Sala Úbeda.
La Campaña
“Por una Escuela Pública y Laica: Religión fuera de la Escuela”, que
surgió hace casi dos décadas, como una iniciativa y un compromiso activo en
torno al objetivo democrático de lograr la plena laicidad del sistema
educativo, ha tenido diversas fases, sin muchos resultados positivos hasta la
fecha, pese al creciente respaldo social que, sin embargo, se enfrenta a las
obstinadas posiciones confesionales de las Administraciones Públicas y de las
principales formaciones políticas. En esta última fase (2012-14) ha sido
suscrita por decenas de colectivos y organizaciones, manteniendo plena
vigencia, toda vez que la LOMCE y las medidas adoptadas en su aplicación
suponen un mayor retroceso, en relación a una aspiración democrática, nunca
resuelta de forma positiva y consecuente: El imprescindible carácter
laico del Sistema Educativo
En la
reunión del pasado 4 de noviembre de 2014, se planteó una nueva etapa, de cara
al periodo electoral de 2015, buscando el diálogo y el compromiso con las
distintas formaciones políticas y candidaturas que se vayan a presentar en las
elecciones municipales, autonómicas y generales y que deseen promover y
preservar la laicidad en el marco escolar.
En este
sentido, la Campaña se propone comprometer (con su firma explícita y apoyo) a
las candidaturas, que se configuren en los diferentes ámbitos electorales, a
recoger tales exigencias en sus programas electorales y a implicarse en su
desarrollo y aplicación una vez sean elegidos.
Hacemos, en
consecuencia, un llamamiento a todas las organizaciones y colectivos defensores
de una Escuela Pública y Laica a renovar su apoyo explícito y hacer suya esta
Campaña, firmando un CONTRATO de COMPROMISO ELECTORAL.
CONTRATO
ELECTORAL: POR LA LAICIDAD DE LA ESCUELA
La actual
política educativa, más allá del marco diseñado en la LOMCE y los plazos de
implantación, está acelerando, con los hechos, sus consecuencias más nefastas:
De una parte, con el desarrollo de
diferentes procesos de privatización: tanto por vía de precarizar y encarecer
la enseñanza pública, como a través de medidas de apoyo descarado al sector
privado (En su mayoría bajo control ideológico de la Iglesia).
De otra, con una ofensiva ideológica en
los desarrollos curriculares y peso lectivo de las diversas materias.
Junto a la
promoción de las concepciones neoliberales de la economía y de la sociedad, se
retoman los elementos nunca abandonados del nacional-catolicismo, haciéndose
eco de las presiones de la Conferencia Episcopal, que no parece dispuesta a
renunciar a sus privilegios antidemocráticos, amparándose en el Concordato
franquista de 1953 y los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede de 1979.
Esa presión se traduce en:
a) Otorgar
mayor peso y reconocimiento curricular a la Religión, como asignatura
confesional, en todos los niveles de la enseñanza y en detrimento de materias
formativas de carácter racional y universal (filosofía, ciencias, valores
cívicos comunes,…)
b) Avanzar
en la presencia obligada de la Religión en Escuelas y Facultades de las
universidades públicas, utilizando medidas coactivas y confiriendo rango
universitario a los “créditos” de formación religiosa confesional.
El
deterioro de la Escuela Pública, la privatización progresiva del sistema
educativo y la continuidad del control ideológico desde intereses particulares
van de la mano. Las más elementales exigencias democráticas plantean acabar con
una larga trayectoria que pone en cuestión el derecho universal a la Educación,
la existencia misma de su instrumento que es la Escuela Pública, así como el
conjunto de los rasgos que la definen, entre ellos el de la laicidad.
Ante el
periodo electoral que se abre en los próximos meses, hacemos llegar a todas las
formaciones políticas y candidaturas, la discusión y compromiso explícito en
torno a la laicidad que debe presidir el marco escolar, para el desarrollo de
la libertad de conciencia que, de forma más escrupulosa si cabe, debe
respetarse a niños y jóvenes en formación.
Muy en
particular, aquí y ahora, además del propósito generalmente expresado de abogar
por la derogación de la LOMCE (y parte de la LOE), queremos centrar la
discusión sobre dos ejes que, por su importancia decisiva y su remisión a simples
principios democráticos, deberían figurar en sus programas, con el serio
compromiso de proceder a su defensa desde el ámbito propio:
A- La no
financiación -con dinero público- de adoctrinamiento religioso en ningún centro
escolar que, en consecuencia, supone:
1-Sacar la
religión confesional de la Enseñanza, de forma inmediata.
2.-Potenciar
la red pública de Enseñanza, como vertebradora del Derecho a la Educación de
todos y todas, evitando progresivamente la desviación de fondos públicos hacia
intereses privados.
B- La
derogación de los Acuerdos con el Vaticano, en tanto, de una parte, constituyen
la base “legal” de los privilegios que sigue reclamando la Iglesia,
especialmente dentro del sistema educativo; y, de otra, se ha producido un
progresivo rechazo social y político a sus contenidos antidemocráticos. Así
como la anulación de Acuerdos con otras confesiones en los que se prevea
impartir religión en la escuela.
(vía tercerainformacion.es)
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